La Ruta de las Brañas Alleranas PR-AS.30, puede tener su origen en el pueblo de Felechosa, a la altura de la Ermita de la Virgen de la Antigua y su molino.
A pesar de que nuestro programa inicial contemplaba la subida del Pico Retriñón con aproximación por Felechosa, el día presentaba tan poca visibilidad que nos ofrecía serias dudas sobre la oportunidad de tal cima.
De todos modos comenzamos la marcha con la posible alternativa de las Brañas Alleranas, dado que el tramo inicial de ambas excursiones: Retriñón y Brañas, pueden coincidir totalmente.
Pues bien, con ciertas dudas sobre la evolución de la falta de visibilidad por niebla, arrancamos a caminar.
Subiremos moderadamente en dirección NE hasta la Collá de la Felguera.
Una senda ancha primero y un camino empedrado después nos acercan a Peñas Cutias donde dos rocas que en la distancia parece se besen, conforman un túnel pintoresco que da paso a una cascada que alimenta un profundo pozo en su caída. Se trata del Río Fresnedo. A los cuarenta minutos de marcha lo cruzaríamos por un “puentín” de piedra.
Al poco Braña Gamonal nos va quedando a nuestra izquierda, un poco distante y hacia arriba.
Subiendo entre helechos, en un buen día claro volviendo la vista atrás deberíamos divisar Peña Redonda. Para nosotros será, seguramente, en otro momento.
La siguiente majada, la de Mayaín, nos dirige a la collada de Felguera o de las Navaliegas. Una gran roca muy fotografiada por los senderistas soporta unos letreros a modo de indicadores en los que se puede leer: a Cuevas, a Felechosa y a Soto de Agües. Este gran jito, referente de distintos destinos de la zona, obliga a un momento de relax y reunión de grupo. Aquí giramos noventa grados hacia el SE y deberemos seguir subiendo.
En la siguiente collada, Collá de la Valencia, nos hallamos a los pies del Retriñón y nos hacemos la última reflexión sobre el intento de coronarlo, pero es inútil, la visibilidad por momentos es muy limitada y decidimos desistir.
La Majada del Otero y la Braña de las Ordaliegas se encuentran muy próximas. En la de La Tabierna reponemos fuerzas. Nos hallamos en la mayor altura de la ruta y a partir de aquí se producen dos cambios sustanciales: giramos claramente hacia el SW y comenzamos un descenso relativamente continuado en dirección a Cuevas.
Tras la Foz del Río Freno, un pedregoso camino en zigzag nos baja hasta cruzar el seco Arroyo del Cuervo. Avanzamos con un poco más de perspectiva por el Llanón, y poco después, durante quince minutos, disfrutaríamos por un frondoso hayedo hasta Navalloz.
Casa Vieya primero y la Casa Nueva después nos acercan a Valle Cellero.
Ahora ya por una senda a veces cauce de arroyo, otras embarrada o de piedra suelta, y en ocasiones de fuerte pendiente, fuimos descendiendo hasta cerca de Cuevas.
Abajo nos esperaba el Área Recreativa de Las Moyás, desde donde, por una buena pista siempre paralela a la carretera: “El Camín Real de Felechosa”, volvimos al coche.
Las diferentes especies arbóreas de hayas, nogales, acebos, fresnos, castaños y algún cerezo nos aportaron compañía y sombra durante buena parte del trayecto.
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