TROTONES: Puente Llamoso - Peña Porcabezas (VG) - Dolia - Covasil

La carretera AS-227 que por la margen izquierda del Pigüeña en el trazo que nos interesa sube hasta Somiedo, apenas pasado el km. 16, exactamente a 7 km. de Belmonte y a 22 de Pola de Somiedo, permite desviarse por otra de corte vecinal hasta los pueblos de Llamoso y Montovo.

Pues bien, justo en esa desviación: Puente Llamoso, en cumplimiento del programa previsto, aparcamos y comenzamos la andadura del día.

Y lo previsto no era otra cosa que por Llamoso alcanzar la cumbre del Porcabezas y regresar por Dolia hacia Belmonte, llegando a tiempo de que un autobús de línea nos acercara nuevamente a Puente Llamoso (280 m.).

Veinticinco minutos de caminata por asfalto sirvieron para un calentamiento que consumió los dos kilómetros que nos separaban de Llamoso. Esta aldea nos sorprendió por sus casas muy rehabilitadas y por sus calles recién reparadas enormemente empinadas.

Desde lo más alto del pueblo acometemos una senda empedrada y embarrada en dirección este, y en los diez primeros minutos de marcha nos topamos con tres bifurcaciones: derecha, izquierda, y derecha de nuevo, fue nuestra elección.

A pesar de que el día al principio se presentaba gris y nublado, los fresnos, nogales y algún castaño nos empiezan a proporcionar ligera sombra, pues el cielo parece que poco a poco se va aclarando.

A la altura de una caseta recién pintada de blanco, cuyo objeto parece el de regular y compensar el caudal de agua de una reguera que discurre pendiente abajo, giramos a derecha otra vez. Nuestra dirección el primer tercio de la jornada sería al este.

A los treinta minutos de abandonar Llamoso observamos a lo lejos a nuestro frente el macizo rocoso Porcabezas, pues bien, la mayor elevación, la más al norte es la Peña Porcabezas.

El sendero se vuelve camino, se estrecha y va cediendo paso a la vegetación de matorral bajo que en algún momento nos frena e incomoda, pero sin embargo las vistas se abren de sur a norte por el lado del oeste, permitiéndonos distinguir las Sierras de la Manteca y Begega al NW, y además la huella recortada en zigzag que hemos recorrido ya y lo que aun nos falta por subir. Tal parece que en longitud no avanzáramos, porque si bien ganamos mucha altura, seguimos viendo a nuestros pies los tejados de Llamoso.

De pronto salimos al Camín Real de la Mesa (GR-101) que a partir de ahora será nuestra referencia hasta Dolia. Rodeamos el Porcabezas (1.215 m.) por detrás, considerando Llamoso como referencia, y ya por pradería seguimos subiendo en busca de su vértice geodésico que de lejos habíamos divisado en la cumbre de la más alejada de las alturas de la vertiente septentrional de la Sierra el Conto –entendiendo el sistema rocoso de Porcabezas como una prolongación de la misma-.

La subida, tomada con calma, resulta liviana.

Tras el episodio fotográfico de los horizontes y la hidratación aprovechando la parada en la cima, iniciamos el descenso en sentido norte, dirección que mantendríamos hasta Dolia.

Siguiendo El Camín Real pasamos por Collado Balbona, Collado Porcabezas y por La Corredoria y la Venta del mismo nombre. Aquí abandonaríamos la carretera a la que habíamos desembocado diez minutos antes para tomar una senda que sin pérdida nos condujo a las puertas del pueblo de Dolia, con la mayoría de sus casas rehabilitadas aunque cerradas y a lo sumo tres vecinos estables.

A la altura del parque infantil y la fuente del pueblo, abandonamos El Camín Real de la Mesa y tomamos una senda que en pendiente constante nos pasa, a los diez minutos, por la Braña de Covasil (hay que torcer a la derecha veinte metros antes de la fuente lavadero). Una rústica señalización nos indica: “Belmonte”.

Justo encima de nuestras cabezas destaca el Pico Cervera (886 m.)

Seguimos descendiendo sin tregua con más o menos pendiente, con lo que llegamos a la vecindad de Tablado. Y ya por carretera nos vimos en Belmonte.

En su parte alta se encuentra la fuente de Los Caleyos, de manantial propio, y que tiene según los vecinos la peculiaridad de aportar agua fresca en verano y más templada en invierno.

En media hora un autobús nos devolvía a Puente Llamoso.