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martes, 25 de marzo de 2014

Corias - Pico Santa Ana - El Puelo - Corias



El pueblo de Corias se encuentra a dos kilómetros de Cangas del Narcea y en él se ubica el Monasterio de San Juan Bautista, del S. XI, que fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1982. Es un formidable edificio de anchos muros de piedra que en julio de 2013 fue abierto como Parador Nacional de Turismo después de cinco años de rehabilitación.

Nuestra ruta de hoy parte de sus inmediaciones cruzando el puente romano sobre el río Narcea que comunica ambas partes del pueblo. Ya en su margen izquierda giramos a la derecha y elegimos la calle alta que nos permite contemplar mejor esta parte del pueblo. Al llegar a la iglesia del barrio de La Regla descendemos para encontrarnos con la carretera que se dirige a Retuertas y La Bubia.

Primero, seguimos un tramo por esta carretera hasta un poco antes de Retuertas, donde la abandonamos por un camino de tierra,
siguiendo la traza de las GR-109 y GR-203, que sube paralelo a la carretera. Al llegar a la altura de La Bubia alcanzamos una bifurcación tomando el ramal que vira al Oeste. Desde este punto el camino asciende zigzagueando hasta la zona del Bocherón y más adelante, un corto desvío nos permite contemplar el mirador del Piñolo, que ofrece unas vistas impresionantes de Corias, Cangas del Narcea y sus alrededores. Aquí, dicen, estuvo el castillo del Conde don Piñolo, cofundador del Monasterio de Corias.

De nuevo en el camino seguimos en dirección al collado de Santa Ana donde abandonamos definitivamente las marcas de los GR que bajan hacia el Alto de Santa Ana. Nosotros vamos en dirección contraria, hacia la derecha, con la figura del Pico de Santa Ana, su antena y su vértice geodésico a la vista. Ya cerca de él abandonamos la pista para ascender cómodamente a su cumbre. Por el lado contrario a la subida bajamos de nuevo a la pista que desciende a El Puelo, al que accedemos por su parte alta. Al llegar a la Capilla proseguimos nuestra marcha por el ancestral "Camino Real de El Puelo a Corias".

Durante este bonito recorrido, entre arboleda con predominio del castaño, contemplaremos buena parte del Valle del río Narcea, el Puente del Infierno y pueblos como Castrosin y San Pedro de Corias entre otros.

En el lugar de La Bubia entroncamos con el camino de subida y por él, obviamente en dirección contraria, nos acercamos al Monasterio de Corias dando por finalizada esta cómoda y atrayente caminata.





Distancia: 14,2 km
Desnivel acumulado de subida: 520 m
Dificultad: Baja
Duración: 4 h 15 m


Descargar el track de la ruta:
Monasterio de Corias

Iglesia de Corias



San Pedro de Corias

La cabaña El Bachagón

Tineo

Invitación al mirador

Vista de Corias y Cangas del Narcea desde el mirador de Piñolo

Hacia Santa Ana

Carcedo de Lomes

Pico Santa Ana o Piruelu

Antena en Piruelu o Santa Ana

VG Santa Ana

La pista desde Santa Ana a El Puelo

Entronque de la pista con la carretera en El Puelo

Una panera de El Puelo

Capilla Los Fabianes de El Puelo

La última casa ya en el inicio del Camín Real

Un tramo del Camin Real

Otro tramo del Camin Real

Castrosin visto desde el Camin Real

San Pedro de Corias

Encuentro con el camino de ida en La Bubia

E.D.A.R de Cangas del Narcea

Sobre la carretera de La Bubia a Corias

Entrando en Corias

Puente de Corias

Monasterio de Corias

martes, 18 de marzo de 2014

Aguasmestas - Belmonte de Miranda (Vía Escrita 2)



Si bien Aguasmestas pertenece al concejo de Somiedo, está situado justo en el límite con el de Belmonte de Miranda, al sur de este último, y con acceso por la regional AS-227.
La segunda etapa de la ruta de la antigua comunicación Vía Escrita, partiendo precisamente de Aguasmestas, discurre por la margen del Río Pigüeña ascendiendo hacia el norte para culminar en Belmonte, capital de municipio.
Arrancamos por carretera cruzando el Puente Aguasmestas sobre el Pigüeña como si de llegar a Cuevas se tratara, hasta que a los diez minutos una señal, a la derecha, a Belmonte (GR-205), nos sacaría a un camino. Aproximadamente durante un kilómetro vadeamos primero y cruzamos después el Arroyo Cuevas, subimos y bajamos pendientes, salvamos bosque y pradería, moviéndonos hacia el este en busca de la AS-227.
Alcanzada por fin esta carretera, se retrocede por ella hasta Puente Nuevo y, cruzando nuevamente el Pigüeña por él, ya no abandonaríamos la margen oriental en lo que quedaba de jornada. Por la de la izquierda en todo momento serpentea la AS-227.
La señalización de nuestra marcha es relativamente frecuente y, además, durante buena parte de la ruta el cauce del río por la izquierda y los continuos contrafuertes a nuestra derecha impiden el despiste.
Viejos robles y castaños retorcidos con los años sueltan su hoja caduca alfombrando el camino y acolchando nuestro paso. Encontramos algunas corras en estado perfecto.
Pasamos a la altura del núcleo de Almurfe, que con su parroquia cubre las vecindades de Aguasmestas, Bustiasmal y La Casilla. Dejamos a nuestra izquierda el Puente de Pornacebo. Y vamos observando cómo el caudal del Pigüeña va in crescendo por el nutrido número de arroyuelos que lo abordan y alimentan. Agüera, al borde de la carretera AS-227, en la margen occidental del río, se nos torna inaccesible al no disponer de puente cercano. Llevamos aproximadamente tres horas de caminata.
Sobrepasados a distancia Rozos y La Arena, diez minutos antes de Agüerina, salvamos sin demasiada dificultad un importante argayo de piedra grande y asentada cuyo paso nos venía preocupando hasta entonces por la incertidumbre de su accesibilidad. Se cruza sin problemas. “El Molín”, un antiguo molino rehabilitado a casa de aldea, nos abre a Agüerina.
Seguimos sin variación manteniendo nuestra orientación y la margen derecha del río. Cruzamos los regueros de Villabona y Teixeu, para luego salir a la carretera a Montovo (BE-2) por la que subimos menos de cinco minutos. En seguida una desviación indicada a la izquierda y otra a los cincuenta metros a la derecha, en dirección norte, de nuevo nos acercan al cauce del Pigüeña.
Una vez más el camino nos vuelca en asfalto, en esta ocasión a la carretera a San Martín de Ondes (BE-1), por la que, siguiendo las indicaciones, tampoco transitamos más allá de tres o cuatro minutos.
Las dos horas últimas hasta Belmonte se antojan largas e incómodas. La piedra suelta del piso y la vegetación que invadía el camino más de lo deseado nos ralentizaba el avance. Si bien se encontraban marcas e indicaciones con frecuencia, había que prestar atención para evitar desvíos equívocos.
Las fuentes de Santa Icía, la del Oso y su área recreativa, y el truncado Cercado del Lobo, nos señalaron que nuestro objetivo como destino: Belmonte, estaba ahí mismo.Cabría resaltar los continuos obstáculos que hemos tenido que salvar, unos accidentales de carácter netamente natural: árboles caídos en medio del camino –en un número no inferior a veinte-, pequeños arroyos o regueras de aguas crecidas por lluvias precedentes, y hasta un argayo con más de tres años de vida y doscientos metros de caída; y otros imputables al hombre e intencionadamente dispuestos: portillas que hubimos de saltar por tan "celosamente" cerradas, somieres amarrados, alambradas de pinchos, etc.
Con todo la excursión es recomendable, sin perder de vista la primera etapa: Santa María del Puerto de Somiedo-La Riera, que esperemos culminar en breve.


Tramo: Aguasmestas - Puente Llamoso
Tramo: Puente Llamoso - Belmonte


Distancia: 19,7 Km
Desnivel acumulado de subida: 900 m
Dificultad: Media
Duración: 7 horas

Descargar track de esta ruta: 





Puente de Aguasmestas, inicio de la ruta

Corto trozo de carretera hasta una desviación a la derecha

Aquí nos desviamos (GR-205)

Cruzando el arroyo Cuevas


Salimos a la AS-227, retrocedemos unos metros y la cruzamos

Cruzamos Puente Nuevo

Ya por la margen derecha hasta Belmonte

Almurfe

Una corra

Viejos castaños de fantasmales perfiles

Uno de los muchos obstáculos



Poza y puesto de pesca

Río Pigüeña

Un castañero con su corra

Agüera y su Igesia de San Andrés

Arriba asoma Rozas y en la carretera La Arena

Argayo entre Agüera y Agüerina

Que causó destrozos en el cauce del río

Salvándolo con precaución

Molino reconvertido en casa de aldea


Vistazo atrás

Reguera de Teixeu

Río Montovo

Unos metros por la carretera de Montovo

Dejando la carretera a izquierda, enseguida variamos a derecha por un estrecho sendero

Más dificultades




Pigüeña

Enredados en las ramas

Parajes de las fuentes de Santa Icía y del Oso

Belmonte



LA VIA ESCRITA

Angel Fernández Ortega comienza uno de sus libros diciendo: “La Vía Escrita tiene un origen incierto, tanto en el tiempo como en el espacio”. Más bien, como otras muchas rutas de gran recorrido, ha ido desarrollándose a golpe de necesidad u oportunidad. De todos modos su antigüedad prehistórica en alguno de sus tramos es indiscutible, como indiscutible parece su consolidación y consiguiente mejoramiento por los romanos: penetrar hacia el interior de Asturias hacia zonas de extracción aurífera, comunicar vecindades y hacerlo a cotas bajas, a diferencia de La Mesa y La Carisa, son factores suficientemente importantes como para articular su paso por las proximidades a los cauces del Somiedo, Pigüeña, Narcea y Nalón, como calzada romana que fue.

Desde la alta edad media es utilizada para el transporte y trasiego de animales por los vaqueiros de alzada.

Incidencias de orden natural: riadas, avenidas, argayos, etc.; como construcciones e instalaciones por intereses humanos: Centrales hidroeléctricas de la Malva y Silviella, carretera AS-227, red eléctrica de transporte, etc., hacen que alguna parte del recorrido de la Vía Escrita no sea transitable en la actualidad. La interrupción entre el final de la primera etapa, La Riera, y el comienzo de la segunda, Aguasmestas, se puede calificar como asignatura pendiente, como asimismo la continuación de la ruta a partir de Cornellana.